- La historia de superación de Martín Polanco, diseñador dominicano de fama internacional
Martín Polanco no solo diseñaba ropa. Diseñaba historias, estilo y sueños. Desde las calles de su infancia hasta las pasarelas internacionales, su talento y visión lo convirtieron en un ícono de la moda caribeña.
La madrugada del 8 de abril marcó su partida, en medio de la tragedia ocurrida en Jet Set. Pero su legado queda intacto: el de un hombre que hizo de la adversidad su mayor fuente de inspiración.

Un diseñador nacido de la necesidad
Martín creció en República Dominicana y, tras la muerte de su padre, la vida lo enfrentó muy temprano a la responsabilidad. A los 12 años, junto a su hermano, salió a las calles a vender ropa para ayudar en casa. Así nacieron “Los Hermanos Polanco”.
Cuando el comercio de ropa usada fue prohibido en el país, lejos de rendirse, encontraron una salida creativa: desarmaban las piezas que tenían y las convertían en algo nuevo. “Las desamblamos y las usábamos de patrón”, contaba Martín, recordando sus inicios.
Ahí, sin planearlo, nació el diseñador.
De las calles a las pasarelas
Martín decidió apostar a su talento y formarse profesionalmente. Estudió corte y confección en la UNPHU, continuó en el Instituto de Mercy Jáquez y perfeccionó su técnica en la prestigiosa escuela de Altos de Chavón, donde también se formó en diseño y pintura.
Pero más allá de la técnica, su gran habilidad fue siempre conectar con las personas. “Me hice psicólogo de cada artista”, solía decir entre risas, destacando que no solo vestía cuerpos, sino también personalidades.
Su primer gran salto llegó cuando vio a Sergio Vargas lucir uno de sus diseños en Altos de Chavón. Ese momento lo marcó: “Ahí entendí que sí se podía”.
El embajador de la elegancia caribeña
Martín vistió a grandes figuras como Daddy Yankee, Raphy Pina y hasta al presidente Luis Abinader. Pero su sello más característico fueron las chacabanas y guayaberas, piezas tradicionales que transformó con estilo y modernidad, convirtiéndolas en símbolo de elegancia del Caribe.
Desde Miami —ciudad donde estableció su residencia— expandió su firma MP Luxury Brand hacia Europa y Estados Unidos, siempre con la misma filosofía: “Te ayudo a vestir, verte y sentirte bien”, decía su lema en redes.
Un legado que no se deshace
Más allá de los escenarios y las celebridades, Martín Polanco deja una huella imborrable en el corazón de la moda dominicana. Su nombre vive en varias escuelas de diseño, en sus clientes, y en todos los jóvenes que lo vieron como un mentor.
Su historia es prueba de que los sueños no siempre nacen en talleres de lujo. A veces, los sueños comienzan en la calle, con una aguja, una idea y mucho corazón.
Martín Polanco no solo vistió cuerpos. Vistió almas. Y las hizo brillar.









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